19 de junio de 2013

Reflexión express


Son las 2 de la mañana. Veo la repetición de un programa deportivo, no importa cual. Y no importa cual porque todos dicen más o menos lo mismo. En este caso, hablan de la selección española. Se llenan la boca de elogios y se deshacen en adjetivos positivos para con los jugadores y el técnico. Entre esas expresiones repetidas a la n, una me llama poderosamente la atención:
España juega a otro deporte. A otra cosa.
Discrepo profundamente con esta idea. ¿Por qué? Porque me parece que España no juega a otra cosa, sino que todo lo contario. España juega más al fútbol que el resto. Los que juegan a otra cosa son todos los demás. España le pasa la pelota a los compañeros, se mueve dinámica y constantemente por el campo, con libertad pero sin desorden -que no es lo mismo-.
Son los otros los que desfutbolizaron al fútbol. Los de las dos líneas de 4 metidas atrás, los de los pelotazos sin sentido, los que carecen de ideas, los que no pueden mantener la pelota en los pies por mucho tiempo ni logran una sucesión de pases, los que hacen un gol y hacen desaparecer las pelotas de la periferia, y así podríamos seguir.

En definitiva, España/el Barcelona juegan un fútbol hipertrofiado (e hiper-trofeado), mientras que el resto se conforma con tratar de sistematizar una forma de juego más o menos concreta y estable.

Fin.
 

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