Tachame tres

Es un hecho que todos los amantes de la música tenemos, más o menos presente, una serie de artistas que queremos ver en vivo antes de pasar a mejor vida. Yo tuve la suerte de, en cinco meses, ver a tres de esas bandas que no quería no ver al menos una vez.

El Siempreterno - 15/12/12

Después de sacar la entrada y el pasaje con mucha anticipación, me encomendé en un viaje relámpago a Buenos Aires para ver a esta banda que me encanta. Durante el día la pasé como el orto. El caminar largas distancias, la falta de roaming, el calor que abrazaba (con zeta y con ese) desde todos lados -comprendí lo importante que es tener el mar a cuadras del centro de la cuidad-, el no hablar con nadie durante todo un día en un lugar desconocido (ni siquiera tuve compañeros de cuarto en el hostel). Pero todo lo mal que lo pasé durante el día contrastó con la noche, donde, a pesar de seguir estando solo y no hablar con nadie, durante el toque El Siempreterno me hizo sentir como uno más de una gran multitud. La banda y el público eran uno; coreando las canciones, dialogando y aplaudiendo las enormes frases de Rotman.

Molotov - 11/1/13

Varios meses antes se sabía que venía Molotov a tocar gratis a Montevideo, en el marco de los festejos por ser Capital Iberoamericana de la Cultura. Y en cuanto se supo me planteé verlos sí o sí. Esa semana finalmente me vio en el este del país, a varios kilómetros de la Rambla de Punta Carretas. Pero eso no evitó que me tomara un ómnibus el 11 a la tarde, llegar a la capital, ir al concierto y volverme. Y fue la mejor decisión posible. El concierto estuvo excelente, a pesar de la gente, que por momentos no entendió lo que debía hacer en cada momento.

Franz Ferdinand - 4/4/13

También en 2012 se confirmó que Franz Ferdinand -una de mis bandas favoritas desde siempre- vendría a tocar a Uruguay, y era otra cita que no me iba a perder por nada del mundo. Casi día a día me informaba de la situación del concierto, a ver si habían aparecido fechas, precios, o si se había actualizado algo. Saqué las entradas con meses de anticipación y esperé ansiosamente el día. Y cuando llegó, no me entraba más ansiedad en el cuerpo. El toque estuvo absolutamente excelente, los cuatro estuvieron bárbaros y se metieron, a fuerza de simpatía y precisión a la hora de tocar, a la gente en el bolsillo.