Riviú: Hitman - Blood Money

El pelado vuelve con todo. Más mortal y con más grandes desafíos que nunca.

Hitman es una saga de videojuegos creada por IO Interactive, división danesa de Eidos Interactive. Entre 2000 y 2006 sacaron 4 juegos:  Hitman: Codename 47, al que le siguieron Hitman 2: Silent Assassin (2002), Hitman: Contracts (2004) y finalmente este delicioso Hitman: Blood Money.

La historia va más o menos así: El Agente 47 es un asesino con ADN de los cinco criminales más peligrosos del mundo y entrenado para ser un asesino tan preciso y letal como silencioso. Esta mezcla de genes hace que se mezcle en casi todos los países sin levantar sospecha. Su número proviene de las últimas dos cifras del código de barras que tiene tatuado en la nuca. Así se identificaban a los futuros asesinos en el lugar donde fue criado (una suerte de academia de asesinos silenciosos localizada en un lugar totalmente recóndito).
Hitman trabaja para la Agencia Internacional de Contratos (ICA por su sigla en inglés), de quien solo conoce a Diana, que le dice qué trabajo tiene que efectuar.

En este juego los productores realmente se pusieron las pilas y le dieron a Hitman más versatilidad que en versiones anteriores. Podremos llevar más armas con nosotros, aunque en realidad todo lo que necesitamos para superar el 90% del juego es el cable estrangulador. Nada menos que una cuerda de piano que 47 usa para matar enemigos y poder avanzar.
La mecánica del juego siempre es más o menos la misma, pero eso no quiere decir que sea aburrido, porque se pone versátil y difícil.
La idea básica de cada nivel implica que matemos a alguien, escondiendo o deshaciéndonos del cadáver cuando sea posible, cambiemos de ropa con esa persona, y lleguemos hasta el punto donde vestidos así no podemos avanzar más, y tenemos que matar otro enemigo y ponernos su ropa y así. Un ejemplo un poco fácil sería Hitman → Policía →Agente del Servicio Secreto.
Lo interesante de este juego es que no hay una sola manera de pasar las pantallas, lo que implica un desafío y vamos a necesitar mucha paciencia para llevar a cabo nuestras misiones.

A la izquierda de la pantalla tenemos dos barras. Una que indica la salud del personaje y otra que indica cuánto estamos llamando la atención. La barra sube cuando, por ejemplo, pasamos cerca de algún guardia de seguridad. Tiene tres colores, verde, donde pasamos totalmente desapercibidos, amarillo, donde podemos caminar pero tenemos que hacernos los boludos y rojo, que es cuando todos te descubren y corren a cagarte a tiros.






Cada pantalla es una misión que nos mandan hacer. Muchas van a tener no solo el objetivo de matar a alguien, sino también objetivos secundarios como proteger a alguien o conseguir algún objeto. La agencia nos va a recompensar por el trabajo, restándonos plata por cosas como haber sido notorio, salir en algún video de seguridad o dejar algún cadáver descubierto que pueda ser encontrado.


Como si todo eso fuera poco, el juego tiene dos finales. 






En la última pantalla, llamada Requiem, vemos el funeral del Agente 47 mientras vemos los créditos. Pero no es necesariamente así. Soy anti-spoiler así que van a tener que jugarlo para ver qué pasa.

Por las diferentes formas de matar y la cantidad de armas (que van desde un rifle francotirador hasta un martillo o un bat de béisbol), por lo versátil del juego, lo bien que están las texturas y lo atrapante de cada pantalla...

Ringo, hecho todo un dandy, anunciando los 11.