29 de mayo de 2012

Esa es la razón

La semana pasada me metí al blog desde el celular para fijarme de cuándo era el último post. Para mi sorpresa, era de fines de abril, y no había escrito nada en los 20 y algo de días que iban de Mayo. Bueno, escrito había escrito, no había publicado. El tema es que a mí me pasa algo rarísimo con la escritura. Puedo escribir -como lo hice una vez- todos los posts de un mes del blog en una tarde, como también no poder publicar nada en casi un mes. Si no publico por mucho tiempo puede ser uno de dos problemas: uno lo hablaría solo con un psicólogo, el otro se puede resumir de la siguiente manera:






Imagínense un triángulo y en cada vértice los conceptos de ideas, ganas y tiempo. Mi problema consiste en que la mayoría del tiempo estoy en uno de los lados. Entonces:

-Si tengo ideas y ganas, no encuentro tiempo para escribir.
-Si tengo ganas y tiempo, no se me cae una idea para escribir.
-Y si tengo tiempo y una idea, ando por la vida sin interés en sentarme a escribir.

Una porquería.

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