3- Ganar el torneo de Virtua Tennis con Novia.
Si hay un juego putito, pero putito en serio, es el Virtua Tennis 2. También es adictivo, pero lo que tiene es que lo que importa es el nivel de dificultad. Con esto quiero decir, te toca jugar contra Mariano de la Canal pero en nivel difícil y te pelotea, te hace correr por todos lados y te gana.
En este contexto, un buen día mi novia y yo nos colgamos a jugar el torneo de dobles. Ella usaba a Mary Pierce y yo a Yevgeny Kafelnikov (sí, tuve que googlearlo). La primera ronda la pasábamos caminando, al igual que la segunda ronda, que costaba muy poquito más que la primera. Pero después venía la final, y aparecían Patrick Rafter y Ai Sugiyama y no podíamos devolver una sola pelota. Hasta que, un buen día, jugando en el cuarto, llegamos a la final y tuvimos la chance de ganar. Fuimos a un deuce. Y cuando tuvimos match point en contra Novia dijo "Ta, ya perdimos". La miré con cara de "¿Es joda? Es obvio que vamos a ganar." Hubo un microsegundo de contacto visual y empezó el punto. Ganamos ese, ganamos el siguiente y ganamos uno más. Y con eso les ganamos. Fuimos campeones. Finalmente nos habíamos sacado de arriba a Sugiyama y Rafter.
2- La noche después del baile
Sí, fui a bailar. En realidad le hice la gamba a mi primo y lo acompañé. Volvimos a las 8 de la mañana, todos sanos, salvos y sobre todo, sobrios. Pero volver sobrio no quiere decir que todo salió bien. En el correr de la noche nos encontramos con algunas situaciones un tanto problemáticas. Me desperté al mediodía (sí, dormí cuatro horas y estaba enterísimo, en verano tengo el organismo de Wolverine) y le di tanto a mi vieja como a la de mi primo la versión 'oficial' de los hechos tal cual ellas necesitaban oírlos.
En cuanto se despertó el pibe me lo llevé para el living y le dije, cual entrenador de basketball en un time out:
"Mirá, yo ya conté A y B. Vos por nada del mundo cuentes C o D. Y si ves que la historia se te entra a quedar corta contá C, pero nunca cuentes D, ¿estamos?"
Parenting-Teenage Sitting: UR DOING IT RIGHT.
1- El mejor momento en la vida de todo gamer
El mejor momento del verano es el mejor momento de mi vida gamer. En un momento, gracias a un emulador, mi novia y yo nos colgamos a jugar al Mario, ese que jugábamos en family de chicos. Yo me acordaba del caminito que seguía el video del muchacho que lo da vuelta en 5 minutos, usando nada más que atajos 'legales', por así decirlo. Después de dos semanas de incesante juego y de un par de enfrentamientos fallidos con Koopa, los planetas se alinearon y la magia simplemente sucedió. Me di vuelta el Mario.
Obviamente Novia era Mario y yo era Luigi. No solo por una cuestión de caballerosidad de dejarla jugar primero sino porque Luigi es mi favorito. Y el mejor de los dos. |
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