Cien de muzza: Pre-estreno The Amazing Spider-Man

Tanto para Hugo como para mí, era el primer pre-estreno y estábamos orgullosos de que fuera el de Spider-Man, a quien nosotros adoramos. Sacamos las entradas con mucha anticipación y estábamos como dos locas histéricas. Finalmente el gran día llegó.

La previa

Después de un quilombito mío a causa de la histeria (Hugo no me atendía el teléfono y faltaban dos horas para la película), llegamos al cine. Lo primero que vemos es un Spiderman colgado del medio de la sala, y un montón de telarañas y luces rojas y azules. Nos pusimos en la fila y esperamos. Nos abrieron la cintita y pasamos al "lobby" del evento (que no era más que una partecita del hall del cine pero dellimitado por unas cintas), donde nos dieron Doritos y cerveza. También pusieron un televisor que pasaba escenas del estreno en Estados Unidos, donde estuvieron los actores y el director, y cada tanto repetía el trailer. Había máquinas de humo y promotoras vestidas de Spiderman con las que se podían sacar fotos los más chicos, ya que para los más grandes estaban las promotoras de la cerveza (cuya marca no vamos a mencionar porque no nos pagan para hacerlo).

El espejo de tiempo

La sala 9 estaba cerrada.

Después de permanecer cerca de una hora en la misma fila, uno empieza a conocer a los que andan alrededor de uno. Incluso sin hablarles, pero a través de escuchar sus conversaciones. De pronto escucho un "No, ¿qué vas a hacer? Vení para acá", miro y a un costado veo a un muchacho de mi edad (un poco menos en realidad, ya no estamos para andarnos haciendo los pendejos) haciéndole gestos de "quedate quieto y no me hagas pasar vergüenza a alguien que estaba a mi izquierda. Cuando giro para ver a quién le hablaba veo a un cuarentón con un pop en la mano y cara de "Quedate tranquilo, no estoy haciendo nada". El pibe le volvió a hablar "Papá, ¿qué vas a hacer? Vení. ¿Ves por qué no me gusta venir acá contigo?" El cuarentón era el padre del pibe y se quería sacar una foto con las promotoras disfrazadas. Y el pobre pibe era el hijo, pero era más bien el padre de su padre. Hugo y yo concluimos que así vamos a ser cuando seamos padres. Que vamos a ser hijos de nuestros hijos y le vamos a hacer la vida imposible, sin siquiera quererlo.

No voy a spoilear la película, sepan que está buena y que hace que Emma Stone parezca cogible. Sí, aunque no lo crean.

Después
Al terminar la película, Hugo me dijo que buscara algo abajo de mi asiento. Después de preguntarle tres veces si era una joda, procedí a buscar. No había nada. Miré a los asientos de la gente que ya se había ido y tampoco. Cuando miré a los asientos, encontré una cámara digital. Sí, como leen. Por las dudas de que algún boludo oportunista me viera encontrarla y dijera que era de él, la metí adentro del cosito de pop. Cuando estábamos por irnos, Hugo me dijo que lo de los asientos era porque el que tuviera un ticket abajo de su asiento se ganaba algo. Salimos y vimos una mesa con bolsitas y una chica que las daba. Pelotudo como yo solo, me acerqué y le pregunté "¿Qué es esto?" y me respondió "Estos son los regalos para los que encontraron los tickets abajo de sus asientos". Lo miré a Hugo, me miró a mí, y no hizo falta decir mucho más. Volvimos a la sala y nos pusimos a buscar un ticket. Enseguida que entró, Hugo encontró uno, y yo caminé hasta el final de la primera fila en que intentamos y encontré otro. Volvimos, como dos giles, a dárselos a la misma tipa que nos vio preguntar qué era eso medio minuto antes. Nos dio los premios igual, sabiendo que habíamos hecho trampa, y nos dijo "Ahora les voy a tener que pedir que se retiren porque eso era para los que encontraron el ticket bajo su asiento". Por dentro pensé "ya me diste el premio, ahora me voy haciendo vuelta a carnero si querés". Ahí me brotó la moralina y le di la cámara a la chica, me pareció que era lo más correcto, y nos fuimos, Hugo con gorro oficial y yo con remera oficial.