24 de abril de 2011

Él es él, los demás somos mortales

En el fútbol de hoy es muy difícil ver que un técnico dure un año en su cargo. Los DT siempre son el primer fusible a cambiar. Salvo algunos casos muy especiales en España e Italia, Inglaterra es un caso totalmente aparte. Allí los técnicos, haciendo campañas normales, suelen durar bastante más. Pero lo de Alex Ferguson rompe con todos los récords; está a la cabeza del Manchester United desde el 6 de noviembre de 1986. A fin de año, va a completar nada menos que 25 años en el club.

Pero no todo fue color de rosas para Ferguson. En su primera temporada el equipo terminó en la 11° ubicación de la tabla.
No hubo títulos en la siguiente, ni en la que le siguió a esa. Las aguas estaban muy turbulentas para Ferguson, pero en la temporada 90-91 llegó la Recopa de Europa, y la calma para el escocés.



Los novatos de Fergie
Finalizado 1995, Ferguson vendió a tres de los mejores jugadores del equipo. Recibió camiones cisterna repletos de críticas, pero el entrenador tenía un as bajo la manga. En realidad tenía varios. Fue en ese año en que ascendieron al plantel principal los hermanos Phil y Gary NevillePaul Scholes y David Beckham, entre otros; quienes formaron la generación dorada que ganó prácticamente todo lo que se le cruzó en las últimas décadas.

El caso Beckham - El caso van Nistelrooy
Beckham era el hijo pródigo de Manchester. Joven, fuerte, gran despliegue, una pegada tan precisa como letal. Pero a medida que fueron pasando los años el modelo le fue ganando al futbolista. Finalmente, después de varios conflictos (incluido el famoso incidente del botinazo en la ceja del inglés), en 2003 el rubio mediocampista abandonó el Manchester y recaló en el Real Madrid, donde después de vender miles de camisetas y tener una participación dispar en el equipo, ganó apenas una Liga y una Supercopa de España.

Lo de van Nistelrooy fue un poco diferente pero un poco parecido. Era el delantero más importante del equipo, llevaba la camiseta número diez y hacía goles por todos lados. Más allá de los problemas que tuvo dentro del plantel, llegado el momento justo Ferguson le abrió la puerta para emigrar, a pesar de haber marcado 150 goles en el club. Y al igual que Beckham, el holandés fue transferido al Real Madrid, donde tuvo una muy buena primera temporada, con muchos goles y hasta rompiendo récords; cosa que no pudo repetir en la segunda por lesiones, ni en la tercera por rendimiento. Para el cuarto año ya estaba rodeado de jugadores mejores y más jóvenes -léase Benzema, Higuaín y Ronaldo- y se vio obligado a abandonar la institución blanca.


Cristiano Ronaldo, el último gran acierto
Ronaldo llegó al Manchester en 2003 como un pibe simpático y rapidísimo que la movía un montón. Incluso llevaba en la espalda el número 7 que recientemente había dejado Beckham al irse a Real Madrid. Y la historia marcaría un camino similar. Un jugador que llega como una joven promesa con muchísimo potencial y de a poco se va poniendo el equipo al hombro hasta el punto de casi liderarlo. Después se vuelve mediático, se lo come el personaje, empieza a facturar mucho por cosas extrafutbolísticas, es seducido por el dinero y termina con el ego por las nubes.
Creo que ya se notaba el odio, ¿no?
Pero ahí es donde aparece Ferguson otra vez. En 2008 ya se había hablado y polemizado acerca del traspaso de Ronaldo. El técnico fue paciente y, a pesar de las críticas, dejó pasar unas cuantas ofertas de muchos clubes, hasta que a mediados de 2009 autorizó el traspaso del portugués. Esto no solo le reportó a Ferguson -y al club- la entrada de 96 millones de euros, el pase más caro de la historia, sino que le sacó un problema grande del vestuario, porque el ego de Ronaldo estaba empezando a afectar el rendimiento del equipo. Y otros técnicos, en nombre de tener a todas las estrellas, intentaron solucionar las cosas sin que nadie se fuera (caso Eto'o en Barcelona por citar el más cercano) y les salió el tiro por la culata.
Actualmente el portugués está en el pico de su carrera tanto futbolísica como económica, pero el Manchester, lejos de mermar en rendimiento, está primero en la Liga y a días de jugar semifinales de Champions League contra Schalke 04.



Y eso es lo que más destaco de Ferguson, la capacidad para ver los momentos de los jugadores y saber cuando tenerlos y cuando no tenerlos.
En pocas palabras, su gran cualidad es hacer las cosas de manera tal que venda a quien venda, el Manchester siga siendo el Manchester y no se desmorone. Y eso no lo pueden hacer muchos, a pesar de tener mucho capital, o mucho plantel o apoyo de la dirigencia. Hay que tener mucha visión para eso, y Ferguson ha demostrado una y otra vez que la posee.

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