20 de noviembre de 2011

Mi Bicentenario

Si bien todos sabemos que la celebración del Bicentenario es una farsa (solo voy a decir que el Estadio es Centenario y se estrenó en 1930), siempre vienen bien los toques gratis. Cuatro escenarios, espectáculos de todo tipo -de las buenas y de las otras- y un día entero a pura música era la propuesta. El gran problema de la fiesta era que todos íbamos a tener que elegir entre ver las cosas que queríamos ver o ver otras cosas pero acompañados, y como buen #foreveralone que soy, elegí lo primero. Ya tenía mi programita armado y sabía que tal vez coincidiría en algún show con algún conocido.
Acá, nosotros. Dos cuadras de gente más allá, Las Pelotas.
Apenas subo al bondi para ir, me encuentro con Cristina (impasse de suspenso para entendidos) (más suspenso) (los entendidos mueren de suspenso), la amiga de Rocío (los entendidos respiran tranquilos y me putean). Ella iba a juntarse con Ro para ir a ver a Las Pelotas, que era lo primero que quería ver yo, así que me les sumé. Costó muchísimo encontrarse con Rocío por la enorme cantidad de gente que había. Una vez que estuvimos los tres juntos, nos acercamos al escenario. Bueno, acercamos es un decir, estábamos a más de dos cuadras de Daffunchio y sus muchachos. El audio no era el mejor, pero se pudo disfrutar bastante.
Llegamos para los últimos cinco o seis temas, todos muy aplaudidos por la gente. Cerraron con 'El ojo blindado', con la que -casi- toda la gente se movió y cantó al menos un pedacito. Después de una espera de unos 20 minutos, muy en hora empezó La Vela Puerca y se levantó todo. Fue genial ver como la gente al rededor mío cantaba, levantaba los brazos y saltaba con las canciones, a pesar de estar a más de dos cuadras y ver a los músicos como ratitas.



No tocaron la única que conocía, though.
Me quedé los primeros cuatro temas y después salí, raudo y veloz (mentira, estuve quince minutos para hacer media cuadra) a ver a Los Tres, banda chilena de la que solo conocía una canción que me gusta mucho, y decidí jugarme una ficha y apostar por ellos. No me defraudaron. Lo primero que noté fue la diferencia en el público. Gente de mediana edad, no se agolpaban y podías avanzar cuanto quisieras. Así que me puse bien frente al escenario y bien adelante, y disfruté de un muy buen toque. Los Tres eran todo lo que esperaba. Un rock más de base, del que me gusta a mí, con letras desafiantes al sistema pero que no deja de ser pegadizo y atrayente. Mucha presencia de todos (que no son tres, son cinco) y mucha actitud, que es en buena parte de lo que se trata el rock.



Después de eso ya me quedé ahí para ver a Drexler. Se sumaron Ro y Cris. El show de Drexler fue como son sus discos. Si tuviera que definirlo en una palabra diría meticuloso. Cada arreglo, cada sonido que emitía su banda era justo y necesario. Hizo un barrido interesante por su discografía, y cantó el que creo que es mi tema favorito, ese que cada vez que lo escucho me reenamoro y me veo obligado a poner todo ese disco otra vez: Guitarra y vos. Ahí casi le mando un mensaje a Novia, pero estaba atareadísima con una entrega y preferí no molestar. Drexler tiene una banda grandísima, es una verdadera lástima que no tenga ningún músico uruguayo (además de sí mismo, por supuesto). Debo decir que si mal no recuerdo creo que fue la primera vez que escuché un Theremin en vivo y sí, es tan genial como parece. Tocó por espacio de una hora, y nunca dejó de sentirse agradecido por poder volver a tocar en Uruguay. Hasta tocó la canción que compuso para impulsar la campaña del Plan Ceibal, canción con la que se volvió a meter a la gente en el bolsillo y se ganó una gran ovación.


De ahí salimos los tres y empezamos a caminar. Llegamos al escenario Libertador de nuevo y escuchamos un par de temas de Gilberto Gil. No lo amé, no me atrapó, pero se nota que tiene mucha cancha en lo que refiere a adueñarse de un escenario y de su público. Nos fuimos, caminamos. Cuestión que Rocío se encuentra con una compañera de facultad en el escenario de Plaza Cagancha. Ahí Cristina se va (Novia relee esa partecita una y otra vez mientras respira tranquila) y mientras tanto arranca La Tabaré. Me quedé en la vuelta, miré un par de temas (y decididamente me fui a hacer pogo en 'el Kafkarudo', como debe ser). Al final Rocío se iba para otro lado con su compañera, y como quedé solo -y mi vieja me fritó los huevos hablándome de ello- me fui a ver La Fura Dels Baus a Plaza Independencia. Apenas llegué arrancó. Al principio estuvo relativamente bueno, después decayó, después volvió a estar bueno y así.
Ni bien terminó, empezaron a salir fuegos artificiales. Muchos, muy coloridos y muy sonoros. Duraron unos 10 minutos, tope y estuvieron muy buenos, a decir verdad. De ahí salí rápido a ver si llegaba a ver a Bajofondo, que era el último objetivo de la velada. Apenas llego a la Intendencia, empiezan otros fuegos artificiales, mientras Bajofondo terminaba su último tema. Dejé de prestarle atención a la música y me dediqué a buscar una foto que capturara en una imagen la escena que estaba viviendo y, modestia aparte, creo que lo conseguí. Pero para ver eso tendrán que esperar a mañana (o, si no agarran esto en vivo, no tendrán que esperar tanto, sino que lo ven clickeando acá).

En resumen, más allá de que las fechas nada tienen que ver, la fiesta en sí estuvo muy bien organizada y muy bien hecha en cuanto a audio y pantallas. Algunas cosas de organización deberían mejorarse, pero lo que pueda decir es obsoleto, porque la próxima celebración así va a ser dentro de 200 años (o menos, nunca sabemos cuándo Brasil festeja un aniversario).


2 comentarios:

Gambito dijo...

Mataste a un policía en moto?

FrutillaGirl dijo...

CONCHUDO!!! por todo el tema este para entendidos del tema Cristina. Ese es mi comentario. Mua TA